A veces olvidamos lo importante que resulta en la educación de un niño, el hecho de que no consiga algún propósito que pretenda. La educación en la frustración es importante en el desarrollo de un niño. lo que comúnmente llamamos "saber perder", cuando las emociones florecen.
La frustración es un sentimiento que forma parte del desarrollo humano saludable, es por ello que los niños deben aprender que no todo lo que desean puede ser satisfecho (siempre en pequeñas dosis, para que resulte beneficioso para el crecimiento emocional).
Por otro lado está el poder dar el máximo de uno mismo, y no caer en el desaliento, para superarse día a día, para conseguir lo que se pretende.
Ambos aspectos (a priori contradictorios), son importantísimos en la vida cotidiana. Por un lado el aceptar que no todo se puede conseguir, al menos de primera hora, y por otro lado el saber que te puedes esforzar para conseguirlo.
Estos dos matices, de suma importancia en la educación de un niño, están presentes en nuestras clases de Educación Física. Para conseguirlo, hemos diversificado, aún más si cabe, el contenido de nuestra asignatura (actividades puramente físicas, actividades de creatividad, actividades de precisión, actividades de expresión, actividades en equipo, actividades de coolaboración, actividades en familia, actividades de mucha dificultad, actividades de baja dificultad, actividades de cierto riesgo -siempre controlado-, actividades en las que la suerte es más importante que la habilidad, etc. etc.).
En nuestras clases siempre habrá algún contenido que el niño no sea capaz de dominar. Aquí aparece la frustración -en pequeñas dosis-. Pero la diversificación en contenidos, también es importante para aquellos alumnos que normalmente no tienen las mismas aptitudes que otros para realizar habilidades puramente físicas -si las clases siempre tuvieran este tipo de contenidos, estos niños terminarían por no tener ningún interés en la asignatura, ya que la dosis de frustración sería demasiado elevada-.
El periodo vacacional de verano es un contexto ideal para llevar a cabo estos aspectos, ya que el niño pide y pide y pide, y hay que evitar la gratificación ilimitada. Y como diría el refrán "contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar". Pero recuerden, siempre en las dosis necesarias, para que de este modo, la frustración no gane a la ilusión.
La frustración es un sentimiento que forma parte del desarrollo humano saludable, es por ello que los niños deben aprender que no todo lo que desean puede ser satisfecho (siempre en pequeñas dosis, para que resulte beneficioso para el crecimiento emocional).
Por otro lado está el poder dar el máximo de uno mismo, y no caer en el desaliento, para superarse día a día, para conseguir lo que se pretende.
Ambos aspectos (a priori contradictorios), son importantísimos en la vida cotidiana. Por un lado el aceptar que no todo se puede conseguir, al menos de primera hora, y por otro lado el saber que te puedes esforzar para conseguirlo.
Estos dos matices, de suma importancia en la educación de un niño, están presentes en nuestras clases de Educación Física. Para conseguirlo, hemos diversificado, aún más si cabe, el contenido de nuestra asignatura (actividades puramente físicas, actividades de creatividad, actividades de precisión, actividades de expresión, actividades en equipo, actividades de coolaboración, actividades en familia, actividades de mucha dificultad, actividades de baja dificultad, actividades de cierto riesgo -siempre controlado-, actividades en las que la suerte es más importante que la habilidad, etc. etc.).
En nuestras clases siempre habrá algún contenido que el niño no sea capaz de dominar. Aquí aparece la frustración -en pequeñas dosis-. Pero la diversificación en contenidos, también es importante para aquellos alumnos que normalmente no tienen las mismas aptitudes que otros para realizar habilidades puramente físicas -si las clases siempre tuvieran este tipo de contenidos, estos niños terminarían por no tener ningún interés en la asignatura, ya que la dosis de frustración sería demasiado elevada-.
El periodo vacacional de verano es un contexto ideal para llevar a cabo estos aspectos, ya que el niño pide y pide y pide, y hay que evitar la gratificación ilimitada. Y como diría el refrán "contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar". Pero recuerden, siempre en las dosis necesarias, para que de este modo, la frustración no gane a la ilusión.
¡¡Ahora, disfruten del verano!!
0 comentarios:
Publicar un comentario